...Entonces parpadeé y después de un simple suspiro la vida se convirtió en disfrutar del frío a tu lado en las madrugadas, cayéndome de sueño pero quedándome despierto para verte sonreír, y oír las palabras somnolientas que musitabas inconsciente en la noche congelada, y dormirme sin notarlo; soñar que juego con tu cabello y acaricio tu rostro, y ver al despertar, que eras la noche de celestes solitarios.
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