jueves, 22 de julio de 2010

El lobo y el cuervo.

Escucharás, amor; mientras caes muerta lentamente, de mis labios fúnebres y resecos, la historia escrita con tinta carmesí, tinta venenosa, tinta que antes de estar en la pluma era sangre saliendo de mis brazos. La misma que bebiste con tanto placer siempre que nos pudimos juntar, luz y oscuridad, como un eclipse alumbrando el paisaje estelar.

Corvus Cryptoleucus. Un espécimen más, nada salido de la realidad, con una pequeña diferencia, él no quería dejar de volar.
Abrió sus ojos pálidos y expresivos. Denotaban soledad, mirarlos daba frío, se levantó por última vez del suelo; entonces comenzó a volar.

Búsqueda de soledad, de noche pasional, dejando un mundo terrenal, emergiendo hacia la fría inmensidad.
Cielo colorado, noche de luna llena, noche estrellada, luna de muerte eterna, muerte venenosa, muerte corrosiva, veneno de petalos y rosas, rosas nacidas en tumbas, matizando el sueño sepulcral.

El lobo que siempre acompañó al cuervo, lo miraba triste, lo miraba incierto, quería acompañarlo, moría por seguirlo, por volver a compartir, el frío intenso de sus interminables nevadas.
El cuervo miró atrás, le dijo que lo acompañara, pero el lobo no pudo ir. ¿Cómo podría volar sin alas?

Soledad eterna, les esperaba a los dos, despedirse era duro; ya no quedaba otra opción. El lobo rugió fuerte, expresando un adiós... esperó por si él volvía, pero al final nunca volvió. Pasaron meses y años; y el lobo se congeló.

El cuervo lloró su mente, la sintió en el fondo de su alma.
suspiró y siguió volando, hacia la ténue luz del alba.
Siguió su camino, de lenta asención.
recorrería al fin la galaxia, en busca de redención.

Lloró por la luna, cantó a las estrellas, pensando en el lobo, pensando en la tierra, en el mar, en el agua, y en la muerte tan bella.
El frío era intenso, el paisaje era oscuro, la presión era densa, y el horizonte inconcluso.

Estrellas fugaces, de calor incandesente, pasaban junto al cuervo, lo debilitaban lentamente.
El final del cuervo, al fin había llegado, chocó con una estrella, que lo desintegró rápidamente.

–Triste final dijiste despacio y te oí sollozar.
Aun no acaba querida, no me acabado de hablar, ten calma –te dije; suspiraré al terminar.

Quemóse su cuerpo. Rompióse su alma, dañóse sus alas, quebróse su cara.
Partículas y moléculas, volvióse el cuervo, expulsado del universo, desterrado de la galaxia.
Transportóse, Oh, pobre cuervo, a incontable distancia.

Llegó incorpóreo, a una nueva dimensión, donde no existía el frío, donde no existía el sol.
El cuervo, ya muerto, volvió a suspirar, pues ¿Qué vio? No vio nada menos; vio al lobo pasar.

¡Oh, lobo amado! , gritó sin pensar, te veo y no creo, que esto pueda pasar.
¿Qué es esto, dónde estamos? No puedo imaginar. Es la muerte; dijo el lobo, comenzando a llorar.

Paisajes ocultos, de deseos secretos, así era la muerte, de sollozos y destellos.
Cielo boreal, jardín glacial, por nieve cubiertos.
Suspiraron juntos, por fin satisfechos, esto era, sin duda, por lo que esperarían milenios.
Esto era, eternamente, el paisaje mortífero, donde sólo existían ellos.

Vino y veneno, armonioso inframundo.
disfrutaban, lobo y cuervo, bajo un clima nocturno.

Aquí no existe el tiempo, acá no hay final, esto es, querido cuervo, donde siempre quise estar.
Aquí era, lobo amado; donde viajaba en mis sueños, Es aquí, oh, cuervo negro, donde podemos descansar.

Juntos en un ultimo aullido, desgarrando el silencio, expresarn lobo y cuervo, un sentimiento etereo.
Con las almas desfragmentadas, sopló el fuerte viento, los separó inminentemente de su paraiso eterno.

El hielo juntó al lobo, el fuego unió al cuervo; se volvieron sol y luna, brillando en el firmamento.
En el paraíso ahora hay dia, antecedido por la noche, noche y día, estan cargados, de un ténue sentimiento.
Tristemente separados, esperan lobo y cuervo, la llegada de un eclipse, para juntarse un momento.


Cuando en el paraiso llueve, se dice; son las lagrimas de la luna, separada de su amor.... desde el nacimiento, hasta la sepultura.
Cuando hay lluvia de estrellas, se murmura que es el sol, que espera, ilusionado, re encontrarse con su amor.

El silencio cubre mi rostro, y se me escapa un suspiro, con un nudo en la garganta; un poco triste al fin te digo:
Terminé por fin, amor, la historia del lobo y el cuervo, el nacimiento de la luna y el sol.

Me miras agonizante, una sonrisa cubre tu rostro; la vida se te extingue, me ves como un ser ilusorio.
sostienes mi mano sin fuerzas, me mandas un beso de viento que me llega al corazón, dices que al igual que el cuervo al lobo... es momento de decir adiós.


Si volviera a nacer, desearía que fueras la luna, y que yo fuera el sol, para encontrarme con tigo en los eclipses, porque es preferible pasar 10 segundos con tigo... Que soportar una eternidad sin ti, y si en definitiva, llego a morir esta noche, quiero que sepas que me convertiré en cuervo y volaré al pie de tu ventana, para acompañar la soledad de tus noches quebradas eternamente, para llenar el vacío y encontrar mil razones, que ilumínen tu vida, que te hagan querer seguir adelante. Nunca busqué una razón para vivir, creo que no la tengo, de hecho, pero quiero que sepas, que si vivir necesita una razón y un por qué; eres tú, indudablemente, por quien sigo abriendo los ojos todos los días, aunque en mis sueños vuele libre, y en vida esté encadenado. Eres tú, quien hace que las cadenas que atan mi cuello, pierdan su peso y dejen de existir, por eso, cada mañana despierto vueto mierda, porque no estas junto a mi.


Dedicado a Miu, que siempre me da ánimos para seguir escribiendo. Dedicado a mi hermanita Chuu, que me dio la idea de escribir este poema, y obviamente, y sin dudarlo un segundo, dedicado a Tallulah

miércoles, 14 de julio de 2010

Parametros

Seguiste adelante ignorando tus normas, dejaste tus dogmas atrás, le diste la bienvenida al destino que muchos trataron de inculcarte pero al que tu siempre decidiste huir. Abriste la puerta de lo desconocido, sabiendo, inequivoco, que algo podría resultar mal. No ha pasado.

No desplegaste más tus alas, las cerraste; te dejaste caer. Miraste hacia el cielo extrañando la leve brisa juguetona que acariciaba tu cabello cada día cuando despertabas y aún seguías en el aire, levitando.

Trataste de seguir adelante con la fortaleza que caracterizaba las estocadas difusas de tus alas contra el viento; pero la debilidad crecía más fuerte día tras día.

Tus parámetros quedaron rotos al instante en que decidiste ir más allá, abriendo intrepido y temerario las puertas del palacio abernal en donde habitó tu mente, en ignorancia pero con la ligera sensasión de gloria.

Esa gloria que se tiene al no saber en realidad, cuando piensas que estás en la cima, y te sientes indestructible; entonces, se abre un nuevo capítulo, donde el viento que cuidaba tus vuelos arremete contra ti de repente y quita el telón que tapaba el pequeño montículo de tierra en el que estas. Entonces, puedes ver ahora ¿Recuerdas tu majestuosa gloria? No era ni siquiera el primer escalón en la vertiginosa espiral sin final aparente que vez ahora.

En definitiva, saliste de Walhall para entrar a Helgates sin razón alguna, solo por curiosidad. Pero ahi se encuentra el Garmr, no puedes salir, no debiste entrar.

No te queda nada, encara tu destino, arremete contra él y busca el final, deja que te destruya, sientete destruido, olvida tus ancias por la muerte y desea vivir, transforma tu esencia, deja de ser tú, Entonces; no serás más quien pudiste ser indefinidamente, no eres más, aquel hombre que entró a su celda de hierro oxidado sin ser el responsable del crimen quien esperaba su pobre criminal.

Saldrás del pequeño agujero en el que entraste por necedad, y lentamente cada partícula se juntará otra vez, serás tu algún día, de nuevo, pero estarás marcado por la cicatríz de la incensatez.

No es sabio, no lo fue, y no lo será, darle un giro de 180° a tu forma de pensar. Nada que hacer, todo se perdió, o eso crees. Levanta la mirada y enfrenta tu destino, dejate llevar, añora el castillo lúgubre en el que una vez habitó tu alma. Al final, nada dura para siempre, ni la insensatez, ni la sabiduría, algunos dicen que la muerte.... nunca se podrá saber.

En todo caso: recuerda que fue tu decisión desobedecer tus parámetros, aprende a vivir, con tu penosa debilidad que corroe todo lo que alguna vez, fue la fortaleza misma, materializada en tu ser.


Escrito en un momento de aún más incoherencia de lo habitual, y por primera vez, aceptándolo lamentablemente; sintiendo debilidad. ¿Me volví vulnerable, o mi mente juega con migo pues ya no tiene nada más que hacer?

lunes, 12 de julio de 2010

Desvariante.

En definitiva;el tiempo pasa, no lo perdemos;no es nuestro.¿Lo dejamos pasar?No. Tampoco.No es tu decisión, no lo puedes detener. El tiempo pasa, y tu, te alejas cada vez más de la vida, junto a mi, y junto a todos los demás; pensando en lo que ya no es, pensando en lo que será, pensando en lo que no pudo ser, en lo que tal vez será, y especulando acerca de lo que es, sin saber, el verdadero significado de la verdad.

Aunque suene paradójico. En efecto, ¿Qué es la verdad? Desvariamos, y, por efecto de esto; nuestro sentido de verdad y mentira es relativo, no hay respuesta. Ni en la mitología, ni en la religión, ni en la filosofía, en la ciencia también desapareció, cuando dejamos de analizar el momento para especular de lo que fue y lo que será. Sin llegar a decir; por supuesto, que fue una decisión errada en algun momento. No sabíamos que era bueno, tampoco qué es el mal, y nunca podremos saber, si la vida es vida, o si la verdad, es realidad.

domingo, 4 de julio de 2010

Agonía congelada

Abrí los ojos y vi que era de noche, qué extraño; los había cerrado hace un instante y recien era medio día. Dónde estaba? No recordaba este lugar, pero en todo caso, era un jardín... Recordé que de esto me habías hablado alguna vez
Era un jardin invernal, habían desaparecido del planeta hace milenios... solo existía uno. El que habitaba en tus sueños.

Cada centímetro que veia era aun mas impactante; cómo podía existir tanta hermosura?
Frote mis ojos estupefacto. Vi lotos congelados, grandes árboles de hielo, con hojas esculpidas en cristal; gardenias cubiertas por una fina capa de nieve y flores negras y azules... y solo una morada.
Sabes? Estaba nevando, pero era casi imposible de creer. No había nubes en el cielo, era noche de luna llena; al igual que la ultima vez que supe de ti.

Las estrellas eran hermosas, vi que eran ellas quienes lloraban las pequeñas gotas de nieve, todo era hermosura, pero solo las estrellas se sentían vacias y tristes, al igual que yo. Solo ellas comprendían
No te podía recordar muy bien, pero era absolutamente obvio que eras la razón de mi tristeza. A dónde habias ido y por qué?

La luna me miraba sorprendida. No entendía mi tristeza, pues esta era la más hermosa de las noches pero... para qué quería yo toda la belleza del planeta, si no podía ver nunca más la belleza de tus ojos?

Pase tanto tiempo sin ti que ya no podría explicar si eras un recuerdo, o solo un juego de mi mente para volverme un desquiciado.
No podía más, era mi perdición; el vacio de mi pecho no me dejaba respirar, era el vacio que me indicaba que no estabas junto a mi.

Caminé por todo el jardín indefinidamente, cada paso que daba em hacia extrañarte más, y cada rosa que veía me susurraba tu nombre.
El granizo leve, que recien había notado, siempre estubo ahí, caía en mi cuello, en donde estaba la herida de tus dientes, y aún podía sentir como si tus labios estuviesen en mi.
El granizo que caia al suelo se volvia figuras al apilarse. Un pequeño conejo congelado, una loba blanca y un poco gris; y un pajaro azul mirando hacia el cielo.
Su mirada apuntaba a donde pasaban estrellas fugaces dejando a su paso un arcoiris.
El polvo estelar desprendido por ellas cayó en mis ojos. Estuve ciego por un momento... entonces recordé; yo te había matado hace un mes, despuès crei haberme envenenado, pero entonces comprendí:
Aquel elixir que había bebido no era veneno... solo Oporto mezclado con sangre Si estaba envenenado pero... cómo no pudeverlo antes? Mi veneno eras tu.
Los sintomas de envenenamiento eran estar lejos de ti, no poderte ver, no poder sentir tus labios en los mios; sentirlos en mi cuello, acariciar tu rostro en las mañanas, embriagarme con el aroma de tu cuerpo.


Ya sabes lo que dicen cariño; cada veneno tiene un antidoto. El tuyo era la muerte. Me alejaria de la intoxicacion y me juntaria con tigo para poder perderme en tus ojos nuevamente. La vida es ironica... pues era un antídoto que no me estaba permitido... un antidoto que para mi era restringido.

No podría beber ni una gota de muerte. Estaría alejado de ti para siempre? Acaso nunca más podría oírte suspirar en el amanecer? No podria hablar de tu sonrisa y hacerte sonrojar?
No... No me estaba permitido. Mi pecado fue dejarte volar lejos de aquí; mi eterna condena era pasar toda la eternidad sumido en la soledad

Creo que la vida era en efecto, no más que un niño pequeño atormentando a un ave con las alas partidas. Si. Ese ave era yo; Pues me hizo ver que ni siquiera toda la hermosura del universo entero combinada se podría asemejar al brillo de tus ojos, a la dulzura de tus labios, a oirte respirar tranquilamente mientras duermes calmada, abrazada a mi, pues solías decir que era yo el guardian de tus sueños.

Podría algún día volver a sonreír, sabiendo que sigo condenado a existir sin verte junto a mi?

Le pedí a cada estrella fugaz después de abrir los ojos, que si en otra realidad nos volvíamos a reunir; te dejaran ser una rosa de aquí; la única morada del jardin. Que me dejaran ser tu espina para sentirte eternamente ligada a mi.
Que si en definitiva, en otra vida te volvía a ofrecer la muerte; y su siniestra libertad, me dieras a beber un poco de tu sangre y me envenenaras por completo, para poder irme libre junto a ti.
Les pedi que al morir juntos, nos regalaran la eternidad, para estar siempre a tu lado; para oirte respirar.

N/a: While hearing Draw me and The whole successor.
Dedicado al granizo que cae en mi rostro; a la magia de sus ojos, a las dos primeras estrellas brillando en el cielo nocturno, y a la imagen de la luna llena en una mañana de cielo despejado.