lunes, 25 de abril de 2011

A' Arab Zaraq lucid dreaming.

N/a: Está dedicado a Teff<3 y el título lo saqué de Therion.

Soñé que despertaba, y estaba vivo. Que me levantaba de aquella cama en el hospital descuidado, que mis pies tenían vitalidad, y yo me sentía enérgico. Que caminaba con los pies descalzos, salía del lugar que se había destruido mientras me encontraba en coma, lo dejaba atrás, y a mi paso crecía el césped y me hacía cosquillas en los pies.
Soñé que los árboles crecían y de ellos caían frutas que se estrellaban con el suelo y perfumaban todo con su fragancia, seguía caminando mientras inhalaba aquél aroma, me sentía un poco embriagado, y los cítricos me hacían pensar en vodka: seguí caminando, encontré vodka un poco más allá, a la entrada de una vereda, la tierra era suave; mis pies se hundían en ella, la madre tierra me acariciaba. Tenía total libertad de mis movimientos: todo mi ser era libre, el planeta estaba desolado, parecía una especie de Nirvana, sin embargo sabía que estaba soñando porque la sensación de vacío que nació junto a mí, también había muerto, y si ella no estaba, nada era verdad. Sin embargo el sosiego que sentía en aquella vereda que se prolongaba hasta más allá de donde llegaba la vista, me alejaba de cualquier pena que pudiese sentir mi consciencia en este sueño lúcido.

Después de horas de caminar por la vereda, llegué a una pradera que tenía un abismo, con un pequeño puente que se veía bastante dañado, pero nada más me podía pasar, no podría sentir dolor alguno: avancé.
Al terminar de cruzar el puente llegué a una pradera, y en dicha pradera se mezclaban los colores en el cielo, la briza caía muy suave acariciándome todo el cuerpo, yo pasaba los dedos por mi cabello que, al contacto con el agua, dejaba de ser gris y retomaba su color negro original; lo mismo pasaba con todo mi cuerpo, las arrugas se iban poco a poco, mi barba perdía su grosor, volvía a ser muy delgada, ya no era gris oscura, y aquellos pequeños rastros de un extraño color rojizo, volvieron a mezclarse entre la oscuridad de ella. Mi piel perdía sus heridas, sus arrugas, recobraba la suavidad, y mis ojos ya no estaban cansados.

Estaba estupefacto, y cerré los ojos. Cuando los abrí, vi que de la mezcla de colores se volvía humo, y se mezclaba con las nubes, todo el cielo se teñía, y después caía en gotas de lluvia al césped que a su contacto, generaba un arcoíris. Sonaron truenos, todo se volvió oscuro por unos segundos, y cuando la bruma se diluyó, salió la luna eclipsada por el sol, en la mitad del día, soltando destellos de color naranja, haciendo que las flores giraran hacia dicha dirección, llenando todo de vida.

Bebía del vodka que se había impregnado del aroma de los cítricos dándole un sabor muy agradable, observaba el paisaje, y después de suspirar, el suelo se abrió debajo de mis pies, creando un nuevo abismo por el cual caí, y cuando me sentí caer al igual que en la realidad, desperté. No sé si era el término correcto, pues, al despertar, me di cuenta que simplemente era un cadáver, y aquél Nirvana donde me encontraba era simplemente una visualización lúcida de aquél lugar donde un alma tan pútrida y corroída como la mía, que habitó por muchos años en un cuerpo profanado, nunca podría estar.

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