martes, 4 de mayo de 2010

Inercia

... y miro por la ventana, y veo ese cielo gris y vacio, pero nada pasa en mi. Esa inspiración que un día fue, ya no está; ahora no soy más que un cuerpo inherte. Otro más, transitando vagabundo por las calles y su soledad.

El anonimato cubre mi rostro, como lo hace también para los otros miles de seres fundidos con sus pensamientos, sumidos en sus mentes, como yo estoy en la mía. Ahora no soy yo lo que ven, pues yo estoy en un medio etéreo junto al vacio celestial; derrepente una voz igualmente anónima dice hola, y de la misma forma que camino, la inercia responde por mi, auqnue no sea yo quien está hablando, pues yo no existo más en esta dimensión... sigo siendo partícipe pero la verdad es que el éter y yo somos uno solo ahora.

Y entonces sigo caminando, mi destino rutinario ya se encuentra frente a mi, asi que me detengo ante él, pero no entro; no aún. Pues mis pensamientos retóricos aún me tienen prisionero. Una fuerza externa rompe entonces el equilibrio hasta entonces inmaculado de la perpétua inercia, y estoy aquí otra vez. O eso piensan ustedes, pues en realidad nunca dejé de estar perdido en una infinita reminicenscia.

9:44 am 4/mayo/2010.

Ahora sé, qué es escribir en una agenda, en un colectivo en movimiento, mientras tus pensamientos se esfuman al unísono con el vehiculo que se detiene bruscamente.

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