Nunca podré entender, que fue lo que pasó, cuándo cambiaron las cosas, el sentido de la vida.
Los hombres dejaron de pensar en lo más importante... lo unico que en verdad tenía sentido; la muerte.
Atras en el tiempo; en la epoca del linaje de los poderozos hombres furiosos, añorabamos la muerte. Una muerte con algo que hoy en día está totalmente perdido: el honor.
Por eso luchabamos, en cada guerra que pudiesemos enfrentar, pensando que sería la última, esperabamos que así fuera, y como tal vez nunca volveríamos a casa, lo dejabamos todo en el campo de batalla.
Sabíamos que después de una muerte victoriosa; vendría la mayor gloria de todas: Valhalla.
Esperaríamos honorables, el momento decisivo que la serpiente agitara los mares, oiríamos el inconfundible y magno sonido de Gjallarhorn, marcharíamos junto a Odhinn, y volveríamos a caer. Si. Estabamos dispuestos a caer honorables, cuantas veces fuera posible, porque nunca ibamos a rendirnos. Lucharíamos en nombre de nuestro padre.
Hoy me pregunté, al sentir el frio de la madrugada abrazándome, haciéndome sentir como si disfrutara de un hermoso invierno nórdico: ¿Qué pasó? No se. No se. El tiempo pasó y con el perdimos el orgullo, valor y honor.
Los hombres hoy, rezan cobardes a un falso mesías, implorándole, que los deje vivir en su miseria, un segundo más.
Le temen, desaforadamente a la hermosa muerte. Pues nunca hicieron algo en vida digno de honor. Su vida no fue más que un desperdicio que hasta podría resultar gracioso, de Oxigeno e Hidrogeno. Sus actos cobardes se limitaron a esconder su desfigurado rostro bajo una máscara difusa y putrida. Señalando siempre, lo que está "bien" y lo que está "mal". Tratando de comprar un boleto al cielo quebrado que su mesias prometió.
¿Coraje? ¿Orgullo? ¿Valor? Dejaron de existir. Estas palabras no brillan más en los ojos de esta triste nueva generación.
Se, que no soy el único que ha cuestionado estas cosas. Se, que no soy el último, sintiendo correr por sus arterias la poderosa sangre pagana. Se, que aún puedo llamar hermanos, a aquellos que como yo, ven la luz de la estrella nórdica, iluminando su camino; guiando sus corazones. Se, que hay muchos más deseosos de morir como en las epocas de antaño, victoriosos. Se, que somos varios los que aún sentimos el fuego arder en nuestros ojos, cuando imaginamos pasar aunque sea, un momento en Valhalla.
Los hombres dejaron de pensar en lo más importante... lo unico que en verdad tenía sentido; la muerte.
Atras en el tiempo; en la epoca del linaje de los poderozos hombres furiosos, añorabamos la muerte. Una muerte con algo que hoy en día está totalmente perdido: el honor.
Por eso luchabamos, en cada guerra que pudiesemos enfrentar, pensando que sería la última, esperabamos que así fuera, y como tal vez nunca volveríamos a casa, lo dejabamos todo en el campo de batalla.
Sabíamos que después de una muerte victoriosa; vendría la mayor gloria de todas: Valhalla.
Esperaríamos honorables, el momento decisivo que la serpiente agitara los mares, oiríamos el inconfundible y magno sonido de Gjallarhorn, marcharíamos junto a Odhinn, y volveríamos a caer. Si. Estabamos dispuestos a caer honorables, cuantas veces fuera posible, porque nunca ibamos a rendirnos. Lucharíamos en nombre de nuestro padre.
Hoy me pregunté, al sentir el frio de la madrugada abrazándome, haciéndome sentir como si disfrutara de un hermoso invierno nórdico: ¿Qué pasó? No se. No se. El tiempo pasó y con el perdimos el orgullo, valor y honor.
Los hombres hoy, rezan cobardes a un falso mesías, implorándole, que los deje vivir en su miseria, un segundo más.
Le temen, desaforadamente a la hermosa muerte. Pues nunca hicieron algo en vida digno de honor. Su vida no fue más que un desperdicio que hasta podría resultar gracioso, de Oxigeno e Hidrogeno. Sus actos cobardes se limitaron a esconder su desfigurado rostro bajo una máscara difusa y putrida. Señalando siempre, lo que está "bien" y lo que está "mal". Tratando de comprar un boleto al cielo quebrado que su mesias prometió.
¿Coraje? ¿Orgullo? ¿Valor? Dejaron de existir. Estas palabras no brillan más en los ojos de esta triste nueva generación.
Se, que no soy el único que ha cuestionado estas cosas. Se, que no soy el último, sintiendo correr por sus arterias la poderosa sangre pagana. Se, que aún puedo llamar hermanos, a aquellos que como yo, ven la luz de la estrella nórdica, iluminando su camino; guiando sus corazones. Se, que hay muchos más deseosos de morir como en las epocas de antaño, victoriosos. Se, que somos varios los que aún sentimos el fuego arder en nuestros ojos, cuando imaginamos pasar aunque sea, un momento en Valhalla.
Hemos olvidado la mayoría el verdadero sentido
ResponderEliminarde la virtud.