Seguiste adelante ignorando tus normas, dejaste tus dogmas atrás, le diste la bienvenida al destino que muchos trataron de inculcarte pero al que tu siempre decidiste huir. Abriste la puerta de lo desconocido, sabiendo, inequivoco, que algo podría resultar mal. No ha pasado.
No desplegaste más tus alas, las cerraste; te dejaste caer. Miraste hacia el cielo extrañando la leve brisa juguetona que acariciaba tu cabello cada día cuando despertabas y aún seguías en el aire, levitando.
Trataste de seguir adelante con la fortaleza que caracterizaba las estocadas difusas de tus alas contra el viento; pero la debilidad crecía más fuerte día tras día.
Tus parámetros quedaron rotos al instante en que decidiste ir más allá, abriendo intrepido y temerario las puertas del palacio abernal en donde habitó tu mente, en ignorancia pero con la ligera sensasión de gloria.
Esa gloria que se tiene al no saber en realidad, cuando piensas que estás en la cima, y te sientes indestructible; entonces, se abre un nuevo capítulo, donde el viento que cuidaba tus vuelos arremete contra ti de repente y quita el telón que tapaba el pequeño montículo de tierra en el que estas. Entonces, puedes ver ahora ¿Recuerdas tu majestuosa gloria? No era ni siquiera el primer escalón en la vertiginosa espiral sin final aparente que vez ahora.
En definitiva, saliste de Walhall para entrar a Helgates sin razón alguna, solo por curiosidad. Pero ahi se encuentra el Garmr, no puedes salir, no debiste entrar.
No te queda nada, encara tu destino, arremete contra él y busca el final, deja que te destruya, sientete destruido, olvida tus ancias por la muerte y desea vivir, transforma tu esencia, deja de ser tú, Entonces; no serás más quien pudiste ser indefinidamente, no eres más, aquel hombre que entró a su celda de hierro oxidado sin ser el responsable del crimen quien esperaba su pobre criminal.
Saldrás del pequeño agujero en el que entraste por necedad, y lentamente cada partícula se juntará otra vez, serás tu algún día, de nuevo, pero estarás marcado por la cicatríz de la incensatez.
No es sabio, no lo fue, y no lo será, darle un giro de 180° a tu forma de pensar. Nada que hacer, todo se perdió, o eso crees. Levanta la mirada y enfrenta tu destino, dejate llevar, añora el castillo lúgubre en el que una vez habitó tu alma. Al final, nada dura para siempre, ni la insensatez, ni la sabiduría, algunos dicen que la muerte.... nunca se podrá saber.
En todo caso: recuerda que fue tu decisión desobedecer tus parámetros, aprende a vivir, con tu penosa debilidad que corroe todo lo que alguna vez, fue la fortaleza misma, materializada en tu ser.
Escrito en un momento de aún más incoherencia de lo habitual, y por primera vez, aceptándolo lamentablemente; sintiendo debilidad. ¿Me volví vulnerable, o mi mente juega con migo pues ya no tiene nada más que hacer?
No desplegaste más tus alas, las cerraste; te dejaste caer. Miraste hacia el cielo extrañando la leve brisa juguetona que acariciaba tu cabello cada día cuando despertabas y aún seguías en el aire, levitando.
Trataste de seguir adelante con la fortaleza que caracterizaba las estocadas difusas de tus alas contra el viento; pero la debilidad crecía más fuerte día tras día.
Tus parámetros quedaron rotos al instante en que decidiste ir más allá, abriendo intrepido y temerario las puertas del palacio abernal en donde habitó tu mente, en ignorancia pero con la ligera sensasión de gloria.
Esa gloria que se tiene al no saber en realidad, cuando piensas que estás en la cima, y te sientes indestructible; entonces, se abre un nuevo capítulo, donde el viento que cuidaba tus vuelos arremete contra ti de repente y quita el telón que tapaba el pequeño montículo de tierra en el que estas. Entonces, puedes ver ahora ¿Recuerdas tu majestuosa gloria? No era ni siquiera el primer escalón en la vertiginosa espiral sin final aparente que vez ahora.
En definitiva, saliste de Walhall para entrar a Helgates sin razón alguna, solo por curiosidad. Pero ahi se encuentra el Garmr, no puedes salir, no debiste entrar.
No te queda nada, encara tu destino, arremete contra él y busca el final, deja que te destruya, sientete destruido, olvida tus ancias por la muerte y desea vivir, transforma tu esencia, deja de ser tú, Entonces; no serás más quien pudiste ser indefinidamente, no eres más, aquel hombre que entró a su celda de hierro oxidado sin ser el responsable del crimen quien esperaba su pobre criminal.
Saldrás del pequeño agujero en el que entraste por necedad, y lentamente cada partícula se juntará otra vez, serás tu algún día, de nuevo, pero estarás marcado por la cicatríz de la incensatez.
No es sabio, no lo fue, y no lo será, darle un giro de 180° a tu forma de pensar. Nada que hacer, todo se perdió, o eso crees. Levanta la mirada y enfrenta tu destino, dejate llevar, añora el castillo lúgubre en el que una vez habitó tu alma. Al final, nada dura para siempre, ni la insensatez, ni la sabiduría, algunos dicen que la muerte.... nunca se podrá saber.
En todo caso: recuerda que fue tu decisión desobedecer tus parámetros, aprende a vivir, con tu penosa debilidad que corroe todo lo que alguna vez, fue la fortaleza misma, materializada en tu ser.
Escrito en un momento de aún más incoherencia de lo habitual, y por primera vez, aceptándolo lamentablemente; sintiendo debilidad. ¿Me volví vulnerable, o mi mente juega con migo pues ya no tiene nada más que hacer?
sera que tu eres un cuervo mas viviendo de nuevo?
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